Mala experiencia con FireFly


O como el alquiler de un coche puede arruinar el comienzo de un viaje...

Sábado 14 de Junio de 2014

El primer día de nuestro viaje por Alemania y Austria se presentaba tranquilo, apenas íbamos a pasar unas horas del final de la noche en Bérgamo y como nuestro vuelo llegaba a las 23,30 h a la ciudad decidimos reservar un hotel muy cercano al aeropuerto para pasar la noche y comenzar a primera hora de la mañana siguiente la ruta en coche.

Habíamos pasado el día trabajando y cuando a las 8 de la tarde salíamos hacia el aeropuerto de Zaragoza sólo pensábamos en un vuelo corto en el que relajarnos y en llegar pronto al hotel para descansar, pero las cosas se complicaron.  A las 23,30 aterrizamos en el Aeropuerto de Milán-Bérgamo después de un vuelo con Ryanair que como siempre transcurrió sin ningún problema y llegó puntual.  


Cuando realicé la reserva comprobé que de las empresas de alquiler de coches del aeropuerto ninguna me daba la opción de recoger el coche después de las 23,45 h. A las 00,00 de la noche todas las compañías cerraban sus mostradores con lo que desembarcamos con el objetivo de llegar al mostrador en menos de quince minutos, atravesamos los largos pasillos del aeropuerto a toda velocidad para llegar en hora y ahí fue cuando empezó nuestro estrés y cuando todo comenzó a ir mal.  

Mientras nos preparaban los papeles para alquilar el vehículo comenzamos a darnos cuenta que esta vez no íbamos a tener suerte con el coche que nos iba a acompañar en ruta. Medio en broma medio en serio comenzaron a señalar los desperfectos de la carrocería en el contrato que deberíamos firmar, llenando por completo de cruces el vehículo que aparece en los papeles. La verdad es que por un momento pensamos que el comercial estaba de broma, porque lo hacía entre risas y porque creíamos que sería imposible que un vehículo con tantos golpes en la carrocería estuviese disponible entre la flota de vehículos.

Como nos era imposible comprobar en ese mismo momento hasta que punto llegaba el coche a estar dañado porque debíamos desplazarnos en shuttle hasta el parking para recogerlo, decidimos no darle demasiada importancia e intentar terminar lo antes posible con el papeleo.  

Los trámites terminaron con una retención en nuestra tarjeta de crédito de 1500 € por no querer aceptar el seguro a todo riesgo que nos ofrecían. En ninguna de las ocasiones anteriores en las que hemos alquilado un vehículo nos han retenido semejante cantidad de dinero, ni tan si quiera en nuestro viaje por la Costa Oeste de USA en el que alquilamos un Ford Mustang durante 20 días tuvimos que aceptar una condición así en el alquiler.  

Nos marchamos de allí sintiéndonos engañados, y salimos a buscar el shuttel que en un trayecto de unos diez minutos nos dejaría en el parking en el que deberíamos recoger el coche. Era ya casi la una de la madrugada cuando bajo una lluvia que no dejaba de caer llegamos al parking de FireFly para emprender una nueva misión, encontrar el coche. Pasamos más de veinte minutos buscando por la zona que el comercial nos había indicado sin ninguna suerte, y al final, completamente empapados encontramos el vehículo en el extremo opuesto del parking.  

Empezábamos a sentir que nos estaban tomando el pelo pero aún no había llegado lo peor, comprobar que la carrocería del coche estaba completamente destrozada, llena de desperfectos por todas partes y que el cargador no funcionaba, algo de lo que no nos habían avisado en ningún momento y que de haberlo sabido, no hubiésemos aceptado de ninguna forma. 

Que el cargador del mechero no funcionase suponía no poder utilizar con tranquilidad el gps que llevábamos y pasar el resto del viaje (9 días) pendientes de que la batería no se agotase por completo para poder llegar al destino, pero lo que era aún peor, suponía que no sabríamos como llegar al hotel que habíamos reservado para esa noche porque en esos momentos lo teníamos sin ninguna carga 

En ese momento se nos pasaron todo tipo de cosas por la  cabeza, entre ellas volver al aeropuerto a poner una reclamación pero suponíamos que dadas las horas que eran la oficina de alquiler estaría ya cerrada. No podíamos entender como era posible que no hubiese absolutamente ningún trabajador en un parking alejado de todo, que todo estuviese desierto cuando aún había clientes que no habían retirado sus vehículos y que, como nosotros, podrían tener alguna incidencia (o más de una) y más aún cuando la oficina el aeropuerto estaba ya a esas horas también cerrada. Aún me pregunto que hubiese pasado en una situación así si por algún motivo el coche no hubiese arrancado.

Pensamos también en esperar de nuevo el shuttle para volver pero en la más de media hora que llevábamos allí no había vuelto a pasar ninguno con lo que supusimos también que el servicio ya se habría suspendido. 

Finalmente decidimos hacer lo único que podíamos, intentar encontrar el hotel por nuestros propios medios, de noche y lloviendo, por unas carreteras que no conocíamos en las que tuvimos que parar un par de veces para orientarnos, y una vez en el hotel decidir que hacer a la mañana siguiente.  

No sé como conseguimos llegar al Winter Garden Hotel que resultó estar mucho mejor aún de lo que nos esperábamos, pero esa noche poco nos importaba ya...



  
   
        
        Puedes colaborar enriqueciendo el blog dejándonos un comentario con tus dudas, consejos, aportaciones o sugerencias. Te leemos! ⬇⬇